PACO ELVIRA POR LAURA TERRÈ

PACO ELVIRA (Barcelona1948) empezó a fotografiar mientras estudiaba la carrera de económicas, impelido por la fuerza de la denuncia, para documentar la lucha de los universitarios antifranquistas y, aunque entonces no era más que un jovencísimo amateur, ese inicio marcó todo su estilo profesional: alinear el corazón al ojo con el fin de apuntar con inteligencia a las ideas.

Después de la muerte del dictador, Paco Elvira ya es un reportero profesional que se acerca con valentía y curiosidad a los temas importantes que se van desarrollando durante el duro periodo de la Transición. Siempre centrado en lo social, su mirada va más allá de la nota de actualidad que le demandan las revistas para las que trabaja, que fueron las mejores en aquel momento de auge de la prensa gráfica en España: Mundo, Primera Plana e Interviú. Publica reportajes sobre ETA, la crisis de la minería en el norte, el paro -que en la bisagra entre los 70 y 80 hundía a más de tres millones de españoles en la incertidumbre y les acercaba a la miseria-, las reivindicaciones de los jornaleros andaluces tantas décadas aplazadas y las huelgas que sacudían el mapa industrial español, mientras se iniciaba una reconversión para introducir las nuevas políticas económicas frente a la crisis del petróleo. Paco aborda todos esos temas con el tacto puesto en la piel de los hombres y las mujeres protagonistas de las historias. Ellos son la materia escogida para pensar el presente queriendo alcanzar el futuro: su testimonio pone en marcha la memoria con la voluntad de repetir el pasado. Cotejando otros archivos, en algunos casos esos temas sólo los vemos en Paco. Por ejemplo, él ha sido el único español que fue a Lisboa para fotografiar la Revolución de los Claveles. El instinto lo empujaba a documentar. A otros fotógrafos, que vivían ensimismados o demasiado entregados al trabajo, se les pasó ser testigos de su tiempo. Durante toda su carrera, Paco Elvira supo hacer de la realidad cotidiana la materia de una constante experimentación con el lenguaje de la fotografía, consiguiendo esa doble función que la convierte en arte: describir el mundo y expresar opinión. Por eso ahora, siguiendo el hilo de la tradición documental en España, es uno de los nombres importantes que enlazan la generación de posguerra con la actualidad.

Después de esos años de anclaje a la realidad española, Paco sigue la huella de los fotógrafos viajeros moviéndose por todo el planeta: China, Japón, Filipinas, Israel, Cuba, Argentina, México, Brasil, Zanzíbar, Camerún, Nicaragua, Argelia, Afganistán... Y continúa fotografiando con su mismo talante de proximidad: entrando en la tierra, observando las costumbres, recorriendo los mercados, sentándose en las peluquerías, compartiendo la conversación en las tabernas… E incluso internándose en el conflicto, como en su viaje a Croacia y a la frontera de Kosovo durante la guerra de los Balcanes, recuperando de nuevo el espíritu valiente de sus reportajes de juventud, como aquel de Irlanda del Norte, que completaría con 4 viajes más a lo largo de su vida.

Actualmente, Paco Elvira sigue colaborando regularmente con los suplementos dominicales de la Vanguardia y de El Periódico, y abasteciendo de imágenes a las agencias Cover y A.G.E Fotostock. También, al igual que han hecho otros fotógrafos maduros, dedica parte de su actividad a la docencia en la universidad.

Su trabajo de prensa ha sido reconocido con prestigiosos premios (el Photography Year Book en dos ocasiones, el Fotopress, el premio Civisme de la Generalitat de Catalunya y el Pica d’Estats); ha publicado numerosos libros para la editorial Lunwerg (La Rambla; Barcelona, ciudad de sensaciones; Barcelona, plein air; Terrassa, llibre d´hores; Rubí, en molts sentits, etc.); pero Paco Elvira siempre ha querido ir más allá de la difusión de sus fotos en la página impresa. Por eso completa su trabajo con exposiciones en las que se esfuerza en revisar y poner en orden su archivo, pensando formatos y soportes, creando nuevas seriaciones con el fin de rescatar lo más característico de su mirada, dejando claro su personalísimo criterio, pues, de eso se trata: Paco Elvira es un autor que piensa -que siempre ha pensado- la fotografía como un discurso híbrido entre el documento y la estética, comprometido con la historia pero sobretodo libre jugador de una narrativa muy personal. Por eso sus copias están en los museos de arte, el MNAC o el IVAM, ya que su trabajo aspira a ser obra abierta a la interpretación.

En ese sentido, la serie que compone este portfolio ha sido elegida por él, y eso le da un valor añadido. Se trata de una sinopsis de su experiencia vital y por lo tanto pone énfasis en su manera de entender la fotografía. Quizá eso mismo se podría deducir de la selección hecha para un libro, pero contemplar el conjunto de imágenes copiadas directamente del negativo, una a una, sobre papel al gelatino-bromuro, añade a nuestra lectura la experiencia directa de la reacción de la luz sobre la plata que alumbra de nuevo la aparición de la realidad. Las copias sobre el papel baritado aportan una descripción más íntima en el relato de los detalles y las formas, así como de la suavidad de las gamas: una experiencia más completa para los sentidos que la que podemos apreciar ante la foto impresa. Siempre habíamos reconocido la maestría del instante en sus fotos, pero ante las copias se desvela el delicado juego de la luz, que Paco Elvira siempre ha querido cuidar en su fotografía.



Laura Terré
Vilanova i la Geltrú, marzo de 2008